domingo, 31 de agosto de 2008

AUTORIDAD LEGÍTIMA E ILEGITIMA.

Fuente: www.laprensa.com.ni


Una de las claves para analizar la estabilidad o inestabilidad de la autoridad en los grupos humanos es el problema de la legitimidad del poder. En el caso del poder político, el poder del Estado, el problema adquiere dimensiones mayores puesto que se trata de la comunidad total.


Veámoslo primero a nivel micro. ¿Se ha fijado usted que los hijos difícilmente obedecen la autoridad de otro hombre que no sea su padre, aunque sea el marido de su madre o viceversa? Es que no reconocen como legítima esa autoridad. Y cuando un extraño regaña o castiga a un niño, éste rechaza la corrección con el argumento de que ese tal no es su nana ni su tata.


Para que una autoridad sea obedecida necesita ser legítima, es decir que sea reconocida como tal autoridad. Pero la legitimidad, obtenida correctamente en su origen, puede perderse por exceso o por defecto. Igual riesgo de perder la autoridad corre quien abusa de la misma como quien no la ejerce y deja que el grupo caiga, por eso, en la anarquía. En ambos casos se cae en la desobediencia, en el desorden.


La legitimidad política puede definirse como el atributo del Estado y del gobierno que consiste en la existencia, en una parte relevante de la población, de un grado de consenso tal que asegure la obediencia sin que sea necesario, salvo en caso excepcionales, recurrir a la fuerza. La legitimidad está vinculada al sistema de creencias, ideas, tradiciones y costumbres que una comunidad tenga en relación con el poder y su ejercicio así como al sistema político que haya adoptado en el ejercicio de su soberanía y que normalmente está establecido en su Constitución.


España tiene arraigada en su población una cultura política monárquica, porque desde su origen como Estado-nación ha sido un reino y las dos veces que se le quiso imponer un sistema republicado se produjo una guerra civil, la última con resultados catastróficos. Los latinoamericanos, al contrario, tenemos una cultura republicana, porque nacimos como repúblicas y hemos conservado ese sistema de gobierno inventado por los romanos antes de Cristo. Si se nos quisiera imponer un rey no aceptaríamos como legítima su autoridad y nos negaríamos a obedecer sus órdenes, aunque fuera un rey santo y sabio como los ha habido en la historia de las monarquías.


Honduras ha optado por un sistema liberal-democrático, republicano y representativo. Dentro de ese marco es que los gobernantes reciben el mandato del pueblo por cuatro años. El sistema así caracterizado y establecido fija los límites dentro de los cuales se tienen que tomar la decisiones tanto de política interior como exterior. Quien por exceso o por defecto se salga de ese marco, cae en la ilegitimidad y corre el riesgo de ser desobedecido y conservar como único recurso el uso de la fuerza para conservar la autoridad.


Sólo el poder constituyente, el pueblo soberano, que es absoluto y extraordinario, puede cambiar el sistema político. En algunos países de América latina los gobernantes se han hecho elegir bajo la normatividad vigente y en su campaña han anunciado un cambio del sistema. La población al elegirlos da por aprobada su intención que después desde el poder se lleva a cabo mediante la convocatoria al poder constituyente para cambiar la Constitución. Lo han anunciado previamente. Lo que no parece correcto es que se haya elegido un gobierno para que se desempeñe en el marco de la institucionalidad establecida y que ya en el poder sin decir agua va empiece a comportarse como si el poder soberano ya hubiera cambiado el sistema y los valores en que se sustenta.


Por todo lo dicho anteriormente es que ha merecido rechazo la conducta de don Hugo Chávez en su reciente visita a Honduras. Es como que se invite al vecino a nuestra casa y luego empiece a insultar a los anfitriones. Más sorprendente resulta si el anfitrión justifica y hace suyos los insultos del invitado. Estro sólo ocurre cuando huésped y anfitrión se pasan de copas. Porque es un insulto que se haya permitido calificar como vendepatria y pitiyanquis a quienes han sido críticos del ALBA.


Por eso resulta poco usual que el Presidente Zelaya haya sido electo por el Partido Liberal como liberal y en el camino se nos haya vuelto socialista, del socialismo chavista porque hay muchos socialismos y, además antiimperialista, cuando este fenómeno es un producto del capitalismo, la cara económica del liberalismo. ¿O es que el Presidente en sus largos años de liberalismo no se había dado cuenta que el capitalismo es hijo legítimo del liberalismo?


El pretexto de esos virajes es el combate a la pobreza y a la desigualdad social. Si para lograr ese propósito todos los países del mundo hubieran tenido que optar por el socialismo en cualquiera de sus múltiples versiones, el mundo sería socialista y no capitalista. Ahora resulta que los causantes de la pobreza son los liberal-capitalistas agrupados en el empresariado nacional y los salvadores de los pobres son los liberal-capitalistas que han desertado de su tradicional ideología.


Es peligroso que la desesperación por conseguir recursos que le permitan al actual gobierno terminar sus cuatro años sin caer en el colapso, nos lleve a vender el alma al diablo, a perder nuestra dignidad como pueblo, a repetir consignas propias de la guerra fría o a dividirnos en dos bandos, chavistas contra antichavistas, imperialistas y antiimperialistas, pitiyanquis contra pitichavistas, amigos y enemigos de los pobres, generosos con los dineros del pueblo y avaros con sus propios recursos.


No deslegitime su gobierno, señor Presidente. Busque el consenso y no se apoye en pequeños grupos solamente. Usted puede hacerlo.

sábado, 23 de agosto de 2008

ORTEGA, SÍ; ORTEGA, NO.

Si fuera sólo para tomar posición frente a las alternativas del titular de esta columna, no valdría la pena abordar la discusión que se ha generado en torno de la visita del Presidente de Nicaragua a Honduras el próximo lunes para participar en la firma de ALBA por parte del Presidente Zelaya. Si lo abordamos es porque rompe el comportamiento normal de las relaciones entre los Estados e introduce criterios de carácter ético que llevan a vincular las relaciones políticas al comportamiento en la vida privada rompiendo la separación tradicional, cada vez más débil, entre la vida personal y la vida pública.

Las relaciones internacionales se rigen por las formalidades del mundo diplomático donde prevalecen las normas de la cortesía y del respeto a las normas del Derecho Internacional, ambas dimensiones normativas referidas a los aspectos externos de la conducta. En su contenido, las relaciones internacionales se determinan por el interés nacional, concepto difícil de definir en forma general, porque varía de un país a otro y aún en el mismo país en las diferentes épocas de su historia. La ética cala más hondo, puesto que va a la escala de valores y su traducción en las formas de conducta cotidiana de las personas y los grupos. Mientras el Derecho y la diplomacia se detienen en los actos externos, la moral nos juzga por dentro y nos acompaña siempre, aún en el baño.

El asunto empezó en la reciente toma de posesión del Presidente Lugo en Paraguay. Se levantó un movimiento de mujeres en contra de la visita del Presidente Ortega, por haber sido denunciado por su hijastra hace varios años por violación continuada. Normalmente la conducta ética o no ética de los gobernantes en su vida privada o pública se juzga a nivel interno siempre que no lesione en forma directa las relaciones entre los Estados. En este caso se trata de una reacción de grupos de la sociedad civil que tienen como propósito la defensa de la dignidad de la mujer y sus derechos. Por prudencia, la virtud más importante en el manejo del poder, el Presidente Ortega se abstuvo de viajar al Paraguay y no se sabe si adoptará la misma conducta en el caso de su anunciada visita a Honduras.

El pueblo de Nicaragua, a quien corresponde en primera instancia juzgar a sus gobernantes, parece que no le dio mucha importancia a la denuncia contra Ortega puesto que lo eligió para la primera magistratura de la nación y, por lo que puede verse, tampoco el hecho ha tenido mucha repercusión al interior de su familia. Esto en nada invalida o le resta importancia a la protesta iniciada en Honduras por la Organización de Mujeres por la Paz, Visitación Padilla, las conocidas Chonas. Si no logran otro propósito su acción tiene un valor testimonial a favor de su noble causa.
Es interesante que los grupos de izquierda, que reclaman la representación de todos los grupos preteridos de la sociedad incluyendo las mujeres, ahora se hayan inclinado por la solidaridad ideológica volviendo la espalda a los reclamos de las mujeres. En realidad no resulta tan extraño, porque tanto la derecha como la izquierda practican un relativismo moral que se acomoda a los intereses ideológicos, económicos o políticos del momento. Es bueno para los primeros lo que favorece a la revolución y malo todo lo que se le opone. Para los segundos es bueno todo lo que favorece al status quo, es decir a que las cosas sigan como están, y es malo todo lo que tienda a cambiarlo.

La ausencia de Ortega sería una sensible baja en los actos programados por el gobierno hondureño para darle realce a la firma de su adhesión al ALBA ya que los países que la integran son apenas cinco o seis con Honduras. La fuerza y representatividad de la organización, mecanismo o como se le llame, no depende tanto del respaldo interno que tenga en cada país miembro, sino del número de Estados que la integren. Hasta hoy es débil por cuanto sólo cuenta con los países cuyos gobernantes en forma personal son admiradores del Presidente Chávez y del modelo que ha diseñado para su país y, en algunos casos, sólo de sus petrodólares.

El hecho que comentamos nos vuelve a poner en relación con un tema tan viejo como la política y es la relación entre el poder y la ética. Platón consideraba que la política es parte de la ética y que el Estado tiene como propósito formar buenos ciudadanos. Aristóteles consideraba que siendo la política la reina de todas las actividades y las ciencias, la ética era parte de la Política, aunque en una relación muy estrecha. Tuvo que llegar Maquiavelo para que ambos campos, la ética y la política, quedaran divorciadas a tal punto que la actividad política y sus actores se orientan al éxito y frente a ese fin, todos los medios son buenos.

De Maquiavelo es también la teoría sobre la razón de Estado que consiste en que el Estado, en la consecución de sus propósitos, no tiene que regirse por las normas morales que valen para la persona individual, sino por lo que conviene a sus fines, incluida la guerra si es necesario. No sabemos cuáles son las concepciones que sobre estos asuntos tienen los dirigentes del ALBA. Si fuera la de Platón, que lógicamente no es, Ortega no sería invitado a los actos del lunes. Si fuera la de Aristóteles, en la cual pese a la preeminencia de la política, el poder y su ejercicio sigue sometido a las normas de la ética, tampoco. Sólo bajo la teoría de la autonomía de la política y la razón de Estado, escuela realista que prevalece en las relaciones internacionales, no habría ningún problema en que el Comandante de una revolución que ya no existe, asistiera a la fiesta del poder ciudadano el lunes 25.

En aras de las normas que rigen las relaciones internacionales, la cortesía internacional y el Derecho del mismo apellido en su rama diplomática, el Estado de Honduras y su gobierno, puede invitar a Ortega, como ya lo hizo, y éste asistir bajo la protección que se debe a los dignatarios extranjeros.

viernes, 15 de agosto de 2008

El pleito de la semana

Pleito entre comillas. Me refiero a la divergencia entre el Vicepresidente de la República y candidato presidencial Elvin Ernesto Santos y el titular del poder Ejecutivo con sus asesores sobre las declaraciones del primero en el sentido de que se están dando subsidios sólo a los diputados que simpatizan con la precandidatura del Presidente del Congreso, Roberto Micheletti. La información llevaba veneno, porque no se dijo lo anterior, sino que se había dado en Casa Presidencial un millón de Lempiras a los diputados para comprar su voluntad a favor de la aprobación del ALBA en el órgano legislativo. No se sabe si don Elvin dará las disculpas que le han pedido desde Casa presidencial, pero casi creemos que todo terminará con una reconciliación en privado.

La importancia del tema no está en lo que aparece superficialmente, sino en el fondo del asunto. ¿Por qué ocurren estas cosas? Primero por la cultura del fraude y de la imposición. Ni los mismos copartidarios (y no correligionarios, porque no comparten la misma religión) se confían entre sí. Elvin tiene un temor inocultable de que los liberales de Micheletti le hagan una mala jugada para restarle viabilidad o para eliminar su candidatura. Si esto ocurre entre miembros del mismo partido, ¿por qué nos extraña la desconfianza patológica entre todos los partidos, especialmente entre los grandes, que sólo tiene tregua cuando se trata de repartirse el poder y sus beneficios en las instituciones del Estado?

¿Por qué ocurren estas cosas? Porque tergiversando la institucionalidad republicana y democrática establecida en la Constitución en la cual están claramente definidas las atribuciones de cada poder del Estado, se han asignado funciones administrativas a los legisladores a fin de que promuevan proyectos en las comunidades para gestionar subsidios. De esta manera se garantiza la reelección indefinida de los diputados, porque nadie que quiera competir podrá hacerlo si tienen comprados los votos con los proyectos que promueven como si fueran pagados de su propio bolsillo. No se gana la reelección por el trabajo hecho como legisladores, sino por su labor como San Nicolás con los fondos del mismo pueblo. Y de esto no escapa ningún diputado y ningún partido. Esta es la razón por la cual el debate parlamentario entre gobierno y oposición ha desaparecido: todo se arregla mediante un intercambio de apoyos políticos por proyectos.

¿Por qué ocurren estas cosas? Porque violando principios que son inherentes a la democracia desde su origen, se ha vuelto costumbre luchar por el poder desde el poder mismo. Los dos candidatos más relevantes del Partido Liberal ocupan posiciones igualmente relevantes en la estructura del gobierno actual. Se trata de dos ciudadanos que muchos consideran con suficientes méritos para ser candidatos a la presidencia, pero se demerita su figuración pública cuando se les ve con dos pesados sombreros cada uno. Este comentario está inspirado en un alto espíritu cívico, porque si lo fuera por criterios de conveniencia personal debo decir que tengo un alto concepto de todos los involucrados en esta controversia. Y no sólo pasa con el actual partido de gobierno, porque fresco está el recuerdo de un Alcalde del Distrito Central que dedicó los cuatro años de su período a promoverse como candidato a la Presidencia hasta llevar al partido a una guerra entre precandidatos con las consecuencias que todos conocemos.

Algunos dicen que los liberales perderán las elecciones, porque van a llegar divididos a las elecciones generales. Si eso ocurre será por otras razones. Los liberales han aprendido la dialéctica del amor y el odio- Se dividen en el poder y se unen en la llanura, pero cuando se trata de enfrentar al eterno adversario se olvidan las heridas y marchan juntos. Al contrario de los nacionalistas a quienes el disfrute del poder los une y los divide la llanura. Menos acostumbrados al ejercicio democrático, han aprendido de la experiencia vivida en las elecciones pasadas y ahora procuran no ofenderse ni verse como enemigos.

Elvin es un buen muchacho y no sólo por su apellido. Dicen que padece de la soberbia del hijo de papá, pero yo lo encuentro humilde. Ya no lo veo en la parroquia, pero me gustaba verlo sin guardaespaldas, como cualquier hijo de vecino, acompañado de su esposa e hijos en la misa del domingo. Dice que somos parientes y me conviene creerlo. Ambas familias son de origen olanchano, aunque la suya haya salido en 1611 a fundar Olanchito y la mía haya salido más de doscientos años después hacia Ocotepeque. Su juventud puede traicionarlo. Debe ser manso como las palomas y astuto como las serpientes. Dejar el nerviosismo, transmitir una imagen de confianza en el triunfo sin dejar de tomar las precauciones del caso, porque el gallo viejo con el ala mata. Micheletti tiene méritos y cuenta con una larga experiencia. No opino sobre Maldonado, no porque crea que lo donaron mal, sino porque lo conozco menos-

Lo del millón de Lempiras no lo creo. El Presidente Zelaya ha demostrado habilidad en el manejo de la opinión pública, incluso recurriendo al conocido expediente de hacerse la víctima de poderes ocultos que supuestamente reaccionan en contra de sus medidas de cambio. La estrategia de ablandamiento de los sectores más críticos en torno del ALBA y una bien montada campaña publicitaria van creando el ambiente para que nazca un nuevo sol para Honduras sin mayor problema. Quienes se manifiesten en contra total o parcialmente se ganarán el calificativo de conservadores, reaccionarios, enemigos de los pobres y del cambio, porque socialismo y liberalismo, pese a lo que diga la Ciencia Política, es lo mismo. El Presidente no necesita recurrir al burdo procedimiento de compra de votos para lograr lo que se ha propuesto y que todos deseamos sea para el bien de Honduras. Por mi parte sigo desconfiando de la verborrea ideológica de Chávez y de sus posiciones guerreristas.

domingo, 10 de agosto de 2008

Un mismo mundo, un mismo sueño

Fuente: http://www.fotos.emol.com/index.asp?G_ID=6587#

Es el lema de los juegos olímpicos de Beijín, China, cuya inauguración estoy presenciando mientras escribo. Ritmo, música, policromía, disciplina, organización, belleza. 56 etnias chinas representadas en uno de los actos. Mil jóvenes representando la imagen de un ave en pleno vuelo. Una niña que es conducida en el aire por una cometa. Un panorama de los grandes descubrimientos chinos en la historia. La pólvora, en cuyo manejo con fines lúdicos son expertos, la brújula, la ciencia náutica, la muralla, la seda. Los avances actuales en infraestructura, ciencia, tecnología. Todo teniendo como trasfondo la filosofía milenaria del pueblo chino. Ahora entran las delegaciones de atletas, encabezados por Grecia, creadora de los juegos olímpicos cinco siglos antes de Jesucristo, creadora de la cultura que con el Cristianismo y los aportes de Roma forma el sustrato de la cultura occidental.

¡Qué bello el mundo cuando el ser humano saca lo mejor de sí mismo y se une a los demás en un mismo propósito¡ Se olvidan las guerras, se olvida la pobreza, la discriminación, la delincuencia y por un momento parece que fuéramos hijos de Dios, creación divina. Un mismo mundo, un mismo sueño. Burkina Faso, Qatar, Rwanda con una preciosa muchacha al frente, Chad, Luxemburgo, Bielorusia, India, Indonesia, Lituania, Niger, Nigeria, Nicaragua, Nepal. Ghana, Canadá, Gabon, San Marino, Santa Lucía, Honduras…en total 205 delegaciones, imposibles de mencionar. Todos alegres, todos sonrientes, todos atléticos. Muchos jefes de gobierno y de Estado, pero sólo cuatro con sus esposas. Aquí por un beso, aquí por un abrazo y aquí por un si acaso.

Somos ciudadanos del mundo como hace muchos siglos dijeron los estoicos, filósofos griegos que llevaron su pensamiento al imperio Romano e influyeron en el Cristianismo naciente. De ese mundo que está en riesgo, destruido por sus ciudadanos. De la tierra que hemos maltratado hasta la destrucción, de nuestros conciudadanos del mundo a los que hemos tratado como enemigos, porque nos hemos empeñado en mostrar lo peor de nuestra naturaleza y no lo mejor como en los juegos olímpicos que estamos presenciando.

Mientras mis ojos siguen los eventos en China, mi pensamiento vuelve a Honduras. ¿Qué nos hace falta para sobresalir en el mundo por lo que tenemos de positivo? Hay países más pequeños que Honduras. Hay países más jóvenes. Hay países con menos recursos naturales. Hay países sin salida al mar. Hay países con menos tesoros arqueológicos. Hay países que han sufrido enormes y prolongadas guerras. Hay países que parecían destinados a ser la cola del mundo y han salido adelante. ¿Dónde está nuestro talón de Aquiles en la carrera por el éxito?

Estoy oyendo que a los chinos les gusta mucho escupir y se les ha prohibido hacerlo en aras de la imagen que quieren dar en estos días que son la capital del mundo. Eso es una de las cosas que nos hace falta. Darnos cuenta que estamos todos los días frente al espejo del mundo y que debemos esforzarnos por mostrar lo mejor de nosotros. No al puñado de delincuentes y sus hazañas, sino a la mayoría de honrados que son sus rehenes y víctimas. No la llaga dolorosa de nuestro millón de analfabetos y la multitud de pobres, sino los esfuerzos que hacemos por combatir esas desigualdades injustas. No el espectáculo de hondureños que se matan en masa por un pedazo de tierra, sino lo positivo, siempre lo positivo. No los pocos corruptos, sino los miles de honrados que trabajan para el Estado dando lo mejor de sí mismos.

Nos hace falta autoestima individual y colectiva. Sentirnos orgullosos de lo que somos y de lo que podemos llegar a ser. No sentirnos bien cuando se habla en mal de Honduras y menos hacer coro con quienes lo hacen. Es que en este país… pues este país es como tu madre, sólo tuviste una y no vas a tener otra por más que la desprecies…hijo de la madre.

Nos hace falta organización para orientar nuestros esfuerzos en una sola dirección. Es la organización la que hace que un grupo humano logre lo que se propone, porque cada quien sabe lo que le toca hacer en el conjunto, está preparado para hacerlo y sabe que lo que hace sólo tiene sentido como complemento de lo que otros hacen en función del objetivo común. Cundo en un pueblo el gobierno anda por un lado y el pueblo, por otro: los empresarios tiran por su la lado olvidando su compromiso con el todo, que es la sociedad, cuando los gremios actúan como si toda la sociedad debería rendirse a sus pies…nada funciona.

Pero si no hay organización, tampoco hay disciplina y sin disciplina nada se puede lograr. Pero la disciplina va unida a la creencia en ciertos valores compartidos, porque si no es así la disciplina es un comportamiento superficial y externo. Somos un pueblo indisciplinado. Antes la disciplina se aprendía en la familia y en la escuela. Se aprendía a obedecer y se aprendían hábitos de aseo, de orden, de estudio, de respeto. Ahora ocurre todo lo contrario. En la familia nadie se siente obligado a hacer algo por el bienestar común, cada quien hace lo que quiere. En la sociedad ocurre lo mismo y, para volver al deporte, cada jugar es mundo tratando de promoverse, de venderse individualmente y por eso no salimos adelante ni en fútbol.

Amigos: quienes ganen medallas en los juegos olímpicos recibirán el premio a su esfuerzo personal, pero al mismo tiempo ganarán un homenaje a los países que representan y por los cuales tratarán de hacer lo mejor. Sigo viendo la presentación de los equipos por país…Alegres, optimistas, orgullosos de sí mismos y de su Patria… Un mismo mundo, un mismo sueño…Así debe ser y no sólo en deporte.