domingo, 10 de agosto de 2008

Un mismo mundo, un mismo sueño

Fuente: http://www.fotos.emol.com/index.asp?G_ID=6587#

Es el lema de los juegos olímpicos de Beijín, China, cuya inauguración estoy presenciando mientras escribo. Ritmo, música, policromía, disciplina, organización, belleza. 56 etnias chinas representadas en uno de los actos. Mil jóvenes representando la imagen de un ave en pleno vuelo. Una niña que es conducida en el aire por una cometa. Un panorama de los grandes descubrimientos chinos en la historia. La pólvora, en cuyo manejo con fines lúdicos son expertos, la brújula, la ciencia náutica, la muralla, la seda. Los avances actuales en infraestructura, ciencia, tecnología. Todo teniendo como trasfondo la filosofía milenaria del pueblo chino. Ahora entran las delegaciones de atletas, encabezados por Grecia, creadora de los juegos olímpicos cinco siglos antes de Jesucristo, creadora de la cultura que con el Cristianismo y los aportes de Roma forma el sustrato de la cultura occidental.

¡Qué bello el mundo cuando el ser humano saca lo mejor de sí mismo y se une a los demás en un mismo propósito¡ Se olvidan las guerras, se olvida la pobreza, la discriminación, la delincuencia y por un momento parece que fuéramos hijos de Dios, creación divina. Un mismo mundo, un mismo sueño. Burkina Faso, Qatar, Rwanda con una preciosa muchacha al frente, Chad, Luxemburgo, Bielorusia, India, Indonesia, Lituania, Niger, Nigeria, Nicaragua, Nepal. Ghana, Canadá, Gabon, San Marino, Santa Lucía, Honduras…en total 205 delegaciones, imposibles de mencionar. Todos alegres, todos sonrientes, todos atléticos. Muchos jefes de gobierno y de Estado, pero sólo cuatro con sus esposas. Aquí por un beso, aquí por un abrazo y aquí por un si acaso.

Somos ciudadanos del mundo como hace muchos siglos dijeron los estoicos, filósofos griegos que llevaron su pensamiento al imperio Romano e influyeron en el Cristianismo naciente. De ese mundo que está en riesgo, destruido por sus ciudadanos. De la tierra que hemos maltratado hasta la destrucción, de nuestros conciudadanos del mundo a los que hemos tratado como enemigos, porque nos hemos empeñado en mostrar lo peor de nuestra naturaleza y no lo mejor como en los juegos olímpicos que estamos presenciando.

Mientras mis ojos siguen los eventos en China, mi pensamiento vuelve a Honduras. ¿Qué nos hace falta para sobresalir en el mundo por lo que tenemos de positivo? Hay países más pequeños que Honduras. Hay países más jóvenes. Hay países con menos recursos naturales. Hay países sin salida al mar. Hay países con menos tesoros arqueológicos. Hay países que han sufrido enormes y prolongadas guerras. Hay países que parecían destinados a ser la cola del mundo y han salido adelante. ¿Dónde está nuestro talón de Aquiles en la carrera por el éxito?

Estoy oyendo que a los chinos les gusta mucho escupir y se les ha prohibido hacerlo en aras de la imagen que quieren dar en estos días que son la capital del mundo. Eso es una de las cosas que nos hace falta. Darnos cuenta que estamos todos los días frente al espejo del mundo y que debemos esforzarnos por mostrar lo mejor de nosotros. No al puñado de delincuentes y sus hazañas, sino a la mayoría de honrados que son sus rehenes y víctimas. No la llaga dolorosa de nuestro millón de analfabetos y la multitud de pobres, sino los esfuerzos que hacemos por combatir esas desigualdades injustas. No el espectáculo de hondureños que se matan en masa por un pedazo de tierra, sino lo positivo, siempre lo positivo. No los pocos corruptos, sino los miles de honrados que trabajan para el Estado dando lo mejor de sí mismos.

Nos hace falta autoestima individual y colectiva. Sentirnos orgullosos de lo que somos y de lo que podemos llegar a ser. No sentirnos bien cuando se habla en mal de Honduras y menos hacer coro con quienes lo hacen. Es que en este país… pues este país es como tu madre, sólo tuviste una y no vas a tener otra por más que la desprecies…hijo de la madre.

Nos hace falta organización para orientar nuestros esfuerzos en una sola dirección. Es la organización la que hace que un grupo humano logre lo que se propone, porque cada quien sabe lo que le toca hacer en el conjunto, está preparado para hacerlo y sabe que lo que hace sólo tiene sentido como complemento de lo que otros hacen en función del objetivo común. Cundo en un pueblo el gobierno anda por un lado y el pueblo, por otro: los empresarios tiran por su la lado olvidando su compromiso con el todo, que es la sociedad, cuando los gremios actúan como si toda la sociedad debería rendirse a sus pies…nada funciona.

Pero si no hay organización, tampoco hay disciplina y sin disciplina nada se puede lograr. Pero la disciplina va unida a la creencia en ciertos valores compartidos, porque si no es así la disciplina es un comportamiento superficial y externo. Somos un pueblo indisciplinado. Antes la disciplina se aprendía en la familia y en la escuela. Se aprendía a obedecer y se aprendían hábitos de aseo, de orden, de estudio, de respeto. Ahora ocurre todo lo contrario. En la familia nadie se siente obligado a hacer algo por el bienestar común, cada quien hace lo que quiere. En la sociedad ocurre lo mismo y, para volver al deporte, cada jugar es mundo tratando de promoverse, de venderse individualmente y por eso no salimos adelante ni en fútbol.

Amigos: quienes ganen medallas en los juegos olímpicos recibirán el premio a su esfuerzo personal, pero al mismo tiempo ganarán un homenaje a los países que representan y por los cuales tratarán de hacer lo mejor. Sigo viendo la presentación de los equipos por país…Alegres, optimistas, orgullosos de sí mismos y de su Patria… Un mismo mundo, un mismo sueño…Así debe ser y no sólo en deporte.

1 comentario:

espartano.com dijo...

TE FELICITO AMIGO, SI SIGUEN UNIENDOSE MAS BENJAMINES SANTOS EN EL MUNDO TEN POR SEGURO QUE ESTE SERA UN MISMO MUNDO.