Sólo un loco podría hacerlo, dirá usted. Pero hay personas que aun sin quererlo, actúan como si buscaran lo que se pregunta en el titular. Porque ya van tres gobiernos que llegan al poder ofreciendo acabar con la delincuencia y ahora estamos alcanzando 63 homicidios por cada 100 mil habitantes. El ritual es el mismo: mataron de tantos balazos a don fulano de tal, hechor y móvil se desconocen. Al preguntar a la policía dice: hay algunas hipótesis, pero se sigue investigando.
Por eso, si usted está loco y quiere vivir esa inolvidable experiencia de ser secuestrado o de ser víctima de la violencia en cualquiera de sus formas haga lo siguiente:
1-Mantenga firme la convicción de a usted nunca le pasará una cosa así por la razón que sea: porque Dios lo protege, porque usted es invulnerable, porque sólo a otros le suceden esas cosas. Dios estará con usted mientras usted haga lo necesario y no se exponga: ayúdate que te ayudaré. Crea firmemente que, por una razón misteriosa, usted es intocable.
2- Salga de noche de su casa. Disfrute del frescor nocturno. Vaya a lugares concurridos, especialmente donde se está celebrando el triunfo de su equipo o se está lamentando su derrota. Échese tragos. Agarre patrulla y métase en cuanto lugar encuentre donde se venden bebidas alcohólicas.
3-Si es usted de los que pueden, maneje siempre un carro del año que sea de esas marcas que hacen volver culto, inteligente y guapo al dueño del vehículo. Exhíbase, exhibiéndolo.
4-Confíe en que
5-Lleve joyas colgadas de todas las partes salientes del cuerpo. Si son de oro, mejor y si no es posible use de plata. Ahora los delincuentes se han dado cuenta que la plata ha subido de valor. Hágalo todos los días, en todos los lugares y verá cómo lo admirarán quines lo miren, especialmente lo requinteros, especialización delincuencial en el robo de esas prendas.Si usted es joven, hombre o mujer (porque ahora así es) use aretes de oro. Pronto quedará sin orejas.
6-Lleve colgada siempre una pistola y confíe en que ese pedazo de hierro le protegerá la vida. Llévela visible y que sea por lo menos una 3-57 o de cualquier otro calibre que llame la atención de los delincuentes que siempre tienen necesidad de armas. Ya verá usted cómo logra ser víctima de la delincuencia y correrá el riesgo de que lo maten por y con su misma arma.
7- Confíe sólo en usted mismo. No se organice con sus vecinos para enfrentar la delincuencia. Esa misma confianza que usted tiene en que nada le va a pasar, trasládela a su familia y no tome nunca precaución para protegerla. Actúe como si su casa estuviera en otro país más seguro que Honduras- Hágalo.
8-Nunca reclame al Estado por no garantizar la seguridad de su población. Vote en las próximas elecciones sin analizar ni reclamar planes de gobierno y políticas de seguridad. Vote por colores. Confórmese con declaraciones emotivas sobre el combate a la delincuencia y no pida detalles de cómo y con qué lo van a hacer. Siga votando a siegas como los toros que arremeten contra un trapo hasta que quedan exhaustos y reciben la puñalada final.
9-Métanse en la cabeza que la delincuencia es invencible. Crea que los delincuentes son héroes valientes contra los cuales nada podemos hacer y no una pacotilla de cobardes que atacan en manada a personas indefensas. Hable siempre en mal de la policía y exalte a los delincuentes. Pide que sus hazañas sea publicadas en las primeras páginas de los periódicos y que los mismos sean difundidos a nivel mundial por Internet. Así logrará que nadie venga a Honduras a invertir o de turista.
10-Crea en los ministros de seguridad, casi todos militares retirados y por lo tanto acostumbrados a dirigir las tropas desde los cuarteles. Opóngase a que un oficial de policía dirija a la policía como ministro del ramo. Crea que con sólo multiplicar el número de mesas de ciudadanos por la seguridad las cosas irán mejor. Es un esfuerzo que no basta, pero usted crea lo contrario.
Lea detenidamente el decálogo anterior y póngalo en práctica. Pronto verá cómo usted logrará lo que pretende: ser víctima de la delincuencia. Si lo que quiere ser secuestrado por ser secuestrable, no tome precauciones. Vaya a los mismos bancos, a la misma ahora, exhiba su riqueza, y siga siempre la misma ruta. Procure dar todas las oportunidades para que planifiquen su secuestro.
Claro: si usted quiere que ocurra lo contrario, haga lo contrario. Confíe en Dios, pero tome por su cuenta todas las medidas de seguridad personal para usted y para su familia. Organícense con sus vecinos. No quiere parecer rico sin serlo. No confíe en las armas ni en su propia capacidad, porque los delincuentes atacan cuando usted está más desprevenido. Hágase cargo de su propia seguridad y la de su familia. Confíe en
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